sábado, 9 de agosto de 2008

Beneficios del programa de alfabetización emocional

Un adecuado programa de alfabetización emocional (Goleman, D. 2000) provocará, entre otros, beneficios como:

Autoconocimiento Emocional: Mejora en el reconocimiento y la designación de las propias emociones; mayor capacidad para entender las causas de los sentimientos; reconocimiento de la diferencia entre sentimientos y acciones.

Manejo de las Emociones: mayor tolerancia ante las frustraciones y control del enojo. Menor cantidad de bromas, peleas e interrupciones de la clase. Mayor capacidad para expresar adecuadamente el enojo, sin pelear. Menos suspensiones y expulsiones. Menos comportamiento agresivo o autodestructivo. Más sentimientos positivos sobre ellos mismos, la escuela y la familia. Mejor manejo del estrés, menor soledad y ansiedad social.

Aprovechamiento Productivo de las Emociones: Más responsabilidad, mayor capacidad de concentrarse en la tarea que se tiene entre manos y de prestar atención. Menos impulsividad, mayor autocontrol. Mejores calificaciones en las pruebas de rendimiento escolar.

Empatía: Interpretación de las Emociones: Mayor capacidad para comprender el punto de vista de otra persona. Mejora de la empatía y de la sensibilidad para percibir los sentimientos de los otros. Mejora de la capacidad de escuchar.

Manejo de las Relaciones Personales: Aumento de la habilidad para analizar y comprender las relaciones. Mejora en la resolución de los conflictos y de la negociación en los desacuerdos. Mejora en la solución de problemas planteados en las relaciones. Mayor habilidad y actitud positiva en la comunicación. Más popularidad y sociabilidad: actitud amistosa e interesada con sus pares. Mayor preocupación y consideración. Mayor solicitud por parte de sus pares. Más actitud "pro-social" y armoniosa en grupo. Mayor cooperación, ayuda y actitud de compartir. Actitud más democrática en el trato con los otros.

Los programas de alfabetización emocional mejoran las calificaciones académicas y el desempeño escolar. La alfabetización emocional mejora la capacidad de la escuela para enseñar. Ayudan a revertir una tendencia declinante de la educación y fortalecen la capacidad de las escuelas de cumplir con su misión principal.

Se ayuda a que los niños cumplan más eficazmente sus papeles en la vida, volviéndose mejores amigos, alumnos, hijos e hijas, y con la posibilidad futura de ser mejores esposos y esposas, trabajadores y patrones, padres y ciudadanos.

Fuentes:
Goleman, Daniel. "La inteligencia emocional" Ediciones B Argentina SA, 2000.
O'Connors, Joseph; Seymour, John. "PNL para formadores" Edit. Urano, Barcelona,1996.

¿Analfabetismo emocional?

Día a día escuchamos de arrestos de jóvenes por acciones violentas, delictuales, por trasgresiones a la normativa, por rebeldía; riñas callejeras, violaciones, suicidios, embarazos no deseados, síntomas de depresión, etc.; cada vez a una más temprana edad, con mayor precocidad en sus osadas acciones. Son problemas cotidianos que están latentes en una sociedad que está impulsando hacia ciertos aspectos preocupantes, que agobian a profesores por no tener las herramientas suficientes para abordarlos. Éstos, registran en sus alumnos conductas como:
Aislamiento o problemas sociales: preferencia por estar solos, tendencia a la reserva; mal humor extremo; pérdida de energía; sentimiento de infelicidad; dependencia exagerada.
Ansiedad y depresión: conducta solitaria, diferentes miedos y preocupaciones; necesidad de ser perfectos; sensación de no ser amados; sentimientos de nerviosismo,tristeza y depresión.
Problemas de la atención o del pensamiento: incapacidad de prestar atención o permanecer quietos; actuación sin reflexión previa; nerviosismo excesivo que les impide la concentración; pobre desempeño en las tareas escolares; incapacidad de pensamientos que indiquen preocupación por los demás.
Delincuencia y agresividad: vinculación con otros que se involucran en conflictos; utilización de mentiras y subterfugios; marcada tendencia a discutir; demanda d atención; destrucción de las propiedades de otro; desobediencia en el hogar y en la escuela; obstinación y capricho; exceso de charlatanería; actitud burlona; temperamento acalorado.
Este malestar emocional parece ser el costo universal que la vida moderna tiene para los niños. Es algo que envenena la experiencia del ser humano. ¿será que no nos hemos preocupado lo suficiente de la educación de las emociones, en una búsqueda del éxito laboral, profesional, económico? ¿estamos los padres y madres preparados para apoyar a nuestros hijos en su expresión de sentimientos y emociones? ¿somos capaces de identificar nuestras emociones, interpretar las de los demás, manejar el enojo, controlar los impulsos? ¿qué modelos somos para los niños y niñas que se insertan en un mundo de contradicciones entre los discursos y las realidades?
Nos enfrentamos ante la necesidad de educar el manejo de las emociones, la capacidad de zanjar pacíficamente las diferencias: a formar un alfabeto emocional. Esto de “formar un alfabeto emocional es tan importante como la instrucción en matemáticas o en lenguaje” (Karen Stone Mc Cown, creadora del programa de la Ciencia del Yo).
El objetivo principal de lograr la alfabetización emocional consiste en elevar el nivel de la aptitud social y emocional de los niños como parte de su educación regular.
La citada autora nos dice: “Cuando la enseñanza consiste en el manejo del enojo, ayudamos a que los niños comprendan que siempre se trata de una reacción secundaria y a que intenten averiguar qué hay por debajo: ¿se sienten doloridos? ¿celosos? Nuestros chicos aprenden que siempre se tienen opciones cuando se trata de dar una respuesta a la emoción y que cuantas más maneras de responder a una emoción conozca, tanto más rica será su vida”.
Fuentes:
Goleman, Daniel. "La inteligencia emocional" Ediciones B Argentina SA, 2000.
O'Connors, Joseph; Seymour, John. "PNL para formadores" Edit. Urano, Barcelona,1996